sábado, 10 de dezembro de 2011

Alguma coisa me partiu.
E não posso permancer
sobre este
carpete corporativo.

Coisa tal,
impensável,
impesável,
descolorida
e um tanto aromática.

Algo, quase sabor,
entre azedo e anis.
Quitou o que em mim
restava de telúrico.

Bexiga de gás
que escorregasse
de mão desatenta.
Vou , voo.

Como se apenas ar.
Como se umas moléculas
se tivessem expandido
a ponto de me fazer
apenas o espaço entre elas.

Arqueologia poética

Urgente:
preciso me revisitar.

Quanto pesa notar que
existo no que reside sob
(fóssil de mim)
tantas eras pessoais.

Arqueóloga do que sou,
descubro: fui melhor.

Minha juventude
podia ser mestre
do que eu hoje.

A poeta que eu era,
me supera.

Daniel Moreno, un chico muy bueno


Daniel moreno, en Playa Blanca, un chico muy bueno
que vino de Santana. Solo en la arena, se acercó más
y más.
Al partir, me dio la mano para que subiera a la lancha. Con los ojos,
negros como él, vertió la angustia:

-Me van a olvidar... tengo ganas de ir con ustedes.

No le podía subir al barco, tiene madre, padre, hermanos.
Prometí que volvería a recogerlo. Cuando aprenda a leer
una página completa del diario, dije. Prometimos llevarlo
al Mundial de Fútbol.

Daniel, moreno, un chico tan bueno.
Cómo te olvidaremos, si te hicimos la foto esta, preciosa por cierto,
sobre la sombra de nuestra tarde impotente.
Y más que la foto, cómo, si la verdad es que
ahora te llevamos dentro.